martes, 7 de abril de 2009

*INTRODUCCIÓN A LA MEDICINA BASADA EN EVIDENCIAS*






Introducción:




Durante el encuentro diario con los pacientes, el médico se enfrenta con multitud de interrogantes, a los cuales debe encontrar repuesta. Habitualmente la solución es hacer uso de la experiencia y del conocimiento médico acumulado, bien de forma personal o consultando a un colega más experto. En el caso de que no sea suficiente, se remite a libros de texto o lee una revisión reciente publicada en una revista médica.
Sin embargo esta aproximación clásica, aunque todavía muy practicada, no es adecuada. Generalizar a partir de la experiencia no sistematizada, propia o ajena, y obtenida con un número limitado de casos, puede resultar peligroso e inducir con frecuencia a errores. Los libros de texto están a menudo desfasados y, al igual que las revisiones narrativas publicadas en revistas médicas, son con frecuencia ineficaces para solucionar problemas clínicos concretos.
La comprobación de la existencia de variaciones inaceptables en la práctica médica y que sólo una minoría de las intervenciones médicas de uso diario estaban apoyadas en estudios científicos fiables, llevó a un grupo de médicos radicados en la Universidad de McMaster a iniciar un nuevo movimiento dentro de la enseñanza y práctica de la medicina, que denominaron "Evidence Based Medicine"
Aunque el concepto o idea no es nuevo, este acontecimiento surge ligado a la introducción la estadística y el método epidemiológico en la práctica médica, el desarrollo de herramientas que permiten la revisión sistemática de la bibliografía y la adopción de la evaluación crítica de la literatura científica, como forma de graduar su utilidad y validez.
La medicina basada en pruebas, que no en la evidencia - en español la palabra evidencia no tiene el significado de prueba o indicio, que tiene la "evidence" inglesa-, es la manera de abordar los problemas clínicos, utilizando para solucionar éstos los resultados originados en la investigación científica. En palabras de sus precursores "es la utilización concienzuda, juiciosa y explícita de las mejores pruebas disponibles, en la toma de decisiones sobre el cuidado de los pacientes".
En la práctica médica habitual se siguen medidas introducidas de modo empírico y que se aceptan sin crítica aparente. Lo que pretende la medicina basada en pruebas, es que esta práctica se adecúe a la investigación clínica disponible de modo que, una vez localizada y evaluada por el médico, sea aplicada para mejorar el cuidado de sus pacientes y su propia práctica.



¿Cómo se practica la Medicina Basada en Pruebas?



La práctica de la Medicina Basada en Pruebas requiere cuatro pasos consecutivos:


1.- Formular de manera precisa una pregunta a partir del problema clínico del paciente
Consiste en convertir las necesidades de información que surgen durante el encuentro clínico en una pregunta, simple y claramente definida, que nos permita encontrar los documentos que satisfagan nuestro interrogante.


2.- Localizar las pruebas disponibles en la literatura
La búsqueda de la literatura relevante a la pregunta se realiza en bases de datos bibliográficas, de las cuales la más utilizada y conocida es MEDLINE. Hoy en día es fácil acceder a esta base de datos en formato CD-ROM. Las destreza necesaria para su uso se puede adquirir con un breve entrenamiento o recurriendo a los servicios de un bibliotecario especializado. Con la ayuda de estrategias de búsqueda diseñadas y validadas por especialistas, la recuperación de artículos relevantes sobre tratamiento, pronóstico, etiología y diagnóstico en esta base de datos, es relativamente rápida y sencilla.
Otras fuentes como la revista Bandolier , secciones de revistas como las POEMS" del Journal of Family Practice o revistas de resúmenes como el ACP Journal Club, Evidence Based Medicine y Evidence-Based Practice seleccionan y resumen, con los criterios de la medicina basada en pruebas, lo mejor de lo publicado relacionado con la medicina clínica. Con la denominación de Best-Evidence, está disponible en formato electrónico la colección completa y conjunta de las dos primeras revistas.
La
Colaboración Cochrane publica una base de datos de revisiones sistemáticas, sobre muchos aspectos de la práctica médica. Asimismo se están desarrollando en varios países guías de práctica clínica, rigurosas y basadas en pruebas, y a algunas de ellas se puede acceder a través de Internet.


3.- Evaluación crítica de las pruebas
El tercer paso es evaluar los documentos encontrados para determinar su validez (cercanía a la realidad) y utilidad (aplicabilidad clínica)
A pesar de la gran proliferación de la literatura médica, pocos son los artículos relevantes o que presentan una metodología rigurosa. Estimar críticamente la validez y utilidad de los resultados descritos, es una tarea que debe realizarse cuando se quieren aplicar éstos a la práctica. Aunque los conocimientos necesarios para esta valoración no son parte habitual de la formación del médico, éstos se pueden adquirir a través de cursos y seminarios, sin necesidad de un gran respaldo en epidemiología o estadística. Excelentes guías de usuarios para la lectura crítica de la bibliografía, son las publicadas en la revista JAMA. La lectura de libros como los reseñados en la bibliografía recomendada, junto a una práctica continuada de esta aproximación crítica, permite desarrollar en poco tiempo la competencia necesaria para evaluar las diferentes clases de artículos. Aunque se tiende a clasificar la investigación según su calidad, situando en primer lugar los ensayos clínicos aleatorizados y los metanálisis, éstos no están siempre disponibles, por otro lado y dependiendo de nuestra demanda, el diseño del estudio requerido puede ser diferente. Para el médico de atención primaria son especialmente útiles las revisiones sistemáticas, metanálisis y guías de práctica clínica de calidad, ya que nos evitan la tarea de recolectar toda la literatura relevante.


4.- Aplicación de las conclusiones de esta evaluación a la práctica
Trasladar el conocimiento adquirido al seguimiento de un paciente individual o a la modificación de actuación en subsiguientes consultas, es el último paso. Este ejercicio debe ir acompañado de la experiencia clínica necesaria para poder contrapesar los riesgos y los beneficios, así como contemplar la expectativas y preferencias del paciente.
Límite y críticas a la Medicina basada en pruebas
A pesar de su indudable éxito en los últimos años, el movimiento basado en las pruebas no ha estado exento de críticas, muchas derivadas de aquellos que se resisten a abandonar una aproximación tradicional de la Medicina. Algunos médicos e instituciones sienten que es una innovación peligrosa que limita su autonomía. La ven como una amenaza a su ejercicio profesional y piensan que, en el fondo, no es más que una iniciativa al servicio de los que pretenden reducir el gasto sanitario o rebajar la autoridad de los que siempre han detentado la jerarquía científica.
Estas críticas han sido respondidas en su mayor parte, pero no ocultan que este recurso sigue presentando algunas limitaciones. El profesional debe sustituir, en aras de una mayor pertinencia y validez, unas fuentes de información fáciles de obtener, por otras que impliquen búsquedas bibliográficas y valoración crítica, para las que no se le ha instruido. Requieren un esfuerzo y tiempo del que no se dispone habitualmente, ademas de una inversión en formación e infraestructuras de tecnología de la información, que nuestros empleadores no creen necesario proporcionar.
Pero el principal obstáculo es que no siempre, y especialmente en atención primaria, la literatura médica tiene las repuestas para las decisiones que se deben tomar en la práctica. El desarrollo de más y mejor investigación clínica y realizada en nuestro entorno, será sin duda la solución a este problema, sin olvidar que cuando un paciente acude a nuestra consulta, busca algo más que una respuesta científica a una cuestión clínica.

MBE - OBJETIVOS

Objetivos de la medicina basada en evidencias:
  • Evaluación de la literatura médica: Debido al gran número y crecimiento exponencial de las publicaciones, además de su calidad, muchas veces perjudicada por fallas estadísticas y referencias inadecuadas, los resultados de determinado trabajo deben ser analizados, en relación con su validez, importancia y aplicación.
  • Reducción del margen de error: Deriva de acciones fundamentales en evidencias externas, las cuales sufrieron análisis estadísticos depuradores. Los criterios clínico-epidemiológicos y los datos estadísticos contribuyen a fortalecer las evidencias externas.
  • Sistematización de la educación continuada: Debido a la facilidad de acceso a las informaciones y los criterios utilizados para seleccionarlas, la actualización de los conocimientos es un proceso dinámico que tiene 3 requisitos básicos: el reconocimiento de la necesidad de informaciones, la obtención de las mismas y la determinación de su valor científico.
  • Limitación del autoritarismo: En la enseñanza y en la práctica médica, además del estímulo a la iniciativa y la creatividad personal proporcionada por el ejercicio de la medicina basada en evidencias, la experiencia es válida cuando está sostenida en evidencias.
  • Racionalización de los costos: La disminución de los errores y el aumento de la calidad asistencial son importantes factores en la reducción de los costos.
  • Humanización de la relación médico-paciente: El exigir la formulación precisa del problema, lo cual requiere de un interrogatorio minucioso y un examen físico completo, determinando con exactitud todos los problemas del paciente incluidos los psicólogos, familiares y sociales, ayuda a la evaluación y tratamiento de todas las necesidades de salud del paciente, no sólo las biológicas.

Médicos se actualizan en Medicina basada en evidencia


Durante el mes de octubre y hasta el 10 de noviembre, un grupo significativo de médicos de la VII Región (cerca de 50) se están capacitando en el primer curso de Medicina basada en evidencias en la práctica clínica, que imparten la Escuela de Medicina de la Universidad Católica del Maule (UCM) y Laboratorio Saval.
El gran aporte de la práctica clínica a los permanentes avances en salud, en los últimos años, se ha debido al desarrollo de la Medicina basada en evidencia. Un concepto que, según sus precursores, es la utilización concienzuda, juiciosa y explícita de las mejores pruebas disponibles en la toma de decisiones sobre el cuidado de los pacientes. Consiste en la integración de la experiencia clínica individual con la mejor evidencia proveniente de la investigación científica, una vez asegurada la revisión crítica y exhaustiva de ésta.
El director Escuela de Medicina de la UCM y coordinador del programa, Raúl Silva, explicó que “este curso está pensado para que efectivamente puedan asistir los médicos”, lo que justifica el horario, cada viernes de 12:00 a 15:00 horas, durante cinco semanas, en el Campus San Miguel de Talca.
“Este es un tema en boga para la ciencia médica, en los últimos años, que apunta al uso de la metodología de búsqueda de información que permite actualizar los conocimientos”, añadió, junto con enfatizar que “la ciencia y la tecnología han evolucionado mucho y muy rápido, de tal manera, que estar al tanto de la totalidad de publicaciones científicas es muy difícil”.
Es por ello que hoy, a través de la evidencia científica y publicada de los estudios que se están haciendo, y de acuerdo a un grado de rigor científico, entonces se realiza meta análisis y se obtienen las conclusiones.
Entre los contenidos del programa destacan las bases, conceptos y fundamentos metodológicos de la investigación clínica, la práctica de la medicina basada en evidencia, aplicación de la evidencia a la práctica clínica, evaluación de resultados y la proyección de este modelo de investigación y práctica clínicas.
El curso es dictado por Luis Alberto Lindermayer, especialista en el tema, quien ha participado como expositor en más 40 congresos médicos, en áreas como Medicina Basada en Evidencias, Análisis Crítico de la literatura, Guías de Práctica Clínica y otros. Anualmente desarrolla cursos, conferencias y talleres orientados a desarrollar habilidades a los profesionales del área de la salud.
De la ciencia pura a la evidencia médica
A inicios del Siglo XXI, la definición de Medicina Basada en Evidencias continúa su evolución, a partir de sus términos fundamentales como consciente, uso juicioso y mejor evidencia existente, los que han implicado mejorar hoy los estándares para todos aquellos profesionales de la salud que ejercen bajo este paradigma.
La medicina basada en evidencia no compite con las ciencias básicas, sino que depende de éstas y construye nuevas etapas de desarrollo a partir de ellas.
En este sentido, su principal impulsor en el mundo, el médico y epidemiólogo, David Sackett)- donde dirige un centro de enorme prestigio en epidemiología en la Universidad Mac Master de Ontario, Canadá. Sin embargo, convencido de la imposibilidad material que los médicos consigan estar al día de los cambios que se producen constantemente en la práctica médica, Sackett ha abanderado este movimiento logrando un lugar de honor en la forma de ejercer la medicina. Luego de ello, se estableció en Inglaterra, donde coordina el Centro de la Medicina Basada en Evidencia, de la Universidad de Oxford.
Ahora, para ser un buen médico no basta ya con tener una gran experiencia clínica ni con ser muy sensible y comprender muy bien a cada enfermo, sostiene Sackett, quien no cree que en medicina alguien pueda ser excelentísimo señor por antigüedad, como ha ocurrido durante muchos años en el Ejército. La autoridad de los años y de la supuesta experiencia será sustituida por la autoridad basada en los ensayos clínicos.
Por otra parte, un médico que pretenda diagnosticar y tratar a su paciente con aquello que verdaderamente ha demostrado su valor necesita leer todos los días del año 19 artículos científicos. Algo que es claramente una utopía, afirma Sackett, ya que las encuestas sobre la capacidad de actualización de los profesionales sanitarios, han demostrado que es casi imposible conseguir una media de más de una hora a la semana de lectura entre ellos. Todos están siempre demasiado ocupados.
Sackett es optimista, y en su revista Evidence Based Medicine, el científico expresa que ya existen las condiciones para que los médicos revisen, de una forma crítica, la multitud de ensayos clínicos de calidad que se han venido realizando en medicina en los últimos años, y que de estas revisiones se saque suficiente evidencia científica como para permitir aconsejar el mejor procedimiento diagnóstico y la mejor opción terapéutica ante una patología determinada.
Esta publicación, desde su primera edición hace ya varios años, ha dado los pasos para que con posterioridad ya hayan aparecido ejemplares de Cardiología Basada en la Evidencia, Enfermería Basada en la Evidencia o Salud Mental Basada en la Evidencia, entre otras áreas de la salud.
En un futuro, más bien cercano, los médicos llevarán en el bolsillo pequeños computadores a los que consultarán permanentemente para saber cuáles son, basados en la evidencia científica, los mejores procedimientos diagnósticos, tratamientos o medidas preventivas que necesite el enfermo al que están atendiendo.

MEDICINA BASADA EN LA EVIDENCIA, ALGO MAS QUE ESTREÑIMIENTO MEDICO.


Hace ya tiempo escuché a un colega y amigo darle un consejo higiénico a un enfermo que sufría estreñimiento pertinaz. Entre otras cosas le aconsejó beber abundante agua, tomar fibra y poner disciplina en los horarios de visitas al W.C. Al llegar a este punto, quedé estupefacto: “Ah, y no se le olvide, esto es importante, cuando vaya a evacuar levante la tapa de la taza, con eso será más fácil defecar”. Según me comentó después, apoyar las posaderas en la tapa de la taza hacía más antifisiológica la postura defecatoria. Si las nalgas asientan directamente sobre la fría porcelana de “Roca” se simula mejor la pose natural, aquélla que adoptan los que defecan a la intemperie, en campo abierto. La musculatura abdominal adquiere más potencia y se facilita el “acto cagatorio”, explicado -según él- por el hecho de estar menos elevado, más cercano al suelo, posición más parecida a la de “cuclillas”. Quedé anonadado y sin tiempo para la reacción. He de preguntarle a mi amigo y colega qué grado de evidencia tiene y en qué artículo médico ha leído tan ocurrente consejo. Mientras, imagino el estudio (de cohortes o doble ciego), en un brazo los pacientes que defecan apoyando sus nalgas sobre la tapa y, en el otro, los que lo hacen directamente sobre la fria porcelana. ¿Cómo se realizó el estudio, se hizo a través de una encuesta validada o, por el contrario, se utilizó un testigo explorador con máscara antigas para verificar las evacuaciones?. ¿Qué parámetros se midieron en el estudio para valorar los resultados: tiempo evacuatorio, tamaño, consistencia y forma del “chorizo”, grado de satisfacción post-acto?. En el ejercicio de la medicina utilizamos frecuentemente el consejo médico para intentar ayudar a nuestros enfermos, la mayor parte de las veces consejos no estudiados, no refrendados ni validados pero que son necesarios para imbuir en el enfermo impulsos “placebo”. Con el devenir de la Medicina Basada en la Evidencia (MBE) nos vamos quedando sin estas estrategias tan positivas en otros tiempos; quedamos, nunca mejor dicho “en evidencia”, sin saber qué decir, en un mutis sospechoso. Con la MBE estamos perdiendo el poder de la palabra, la autoridad y la magia ante nuestros enfermos. Probablemente este consejo de mi amigo y colega no tendrá nunca soporte científico pero, estoy seguro, habrá sido más eficaz que la mayor parte de los laxantes.


VISTA PREVIA

Atlas de Patologia Forense

Medicina Basada en Evidencias





La medicina basada en evidencias (MBE) es la utilización consciente, explícita y la previa evaluación de la mejor certeza científica, para tomar decisiones relacionadas con el cuidado de la salud de las personas. También el concepto puede ser aplicado a los propios pacientes, ya que con la difusión de los conocimientos a través de múltiples sistemas automatizados un paciente o una comunidad están hoy en condiciones de obtener conocimientos científicos que los ayuden a tomar decisiones sobre aspectos de su propia salud. Si sólo se tuviera en cuenta la experiencia profesional se perderían todos los avances que la ciencia nos ofrece día a día para mejorar la salud de las personas y las comunidades. Sin la experiencia profesional una excelente evidencia externa podría ser inaplicable o inapropiada para un paciente individual, o para grupos humanos de distintas características culturales, socioeconómicas o epidemiológicas. La medicina basada en evidencias tiene relación con la medicina basada en problemas ya que lo que se busca es la mejor certeza para resolver un problema, ya sea de un paciente individual, como de una comunidad o la administración de un servicio. Esta utilización puede ser realizada por múltiples agentes de salud: médicos, odontólogos, cirujanos, nutricionistas, cuando atienden pacientes individuales; los profesionales a cargo de un servicio de atención, cuando toman decisiones sobre uno o más pacientes de ese servicio; los administradores de un hospital cuando programan una determinada adquisición de insumos; o los responsables políticos de la salud de una comunidad cuando deciden una campaña de prevención de cualquier tipo. La práctica de la medicina basada en evidencias significa en cada oportunidad integrar la experiencia profesional de una persona o un equipo con la mejor evidencia externa disponible.

Guyton & Hall - Compendio del tratado de Fisiologia Medica (10 edicion)





1era parte_1-99
2da parte_100-399
3ra parte_400-728

HISTORIA DE LA MEDICINA BASADA EN LA EVIDENCIA



En las dos últimas décadas, el desarrollo de la denominada Medicina Basada en la Evidencia (MBE), supone un replanteamiento sociosanitario acerca de los conocimientos teórico-prácticos del médico, pasando del paradigma previo basado en el conocimiento fisio-patológico, la experiencia clínica no sistemática y la intuición -el arte de la Medicina-, al actual que sin desestimar lo anterior, pone énfasis en el análisis de las evidencias (pruebas) aportadas por la investigación -la ciencia del arte de la Medicina-.

Los antecedentes:



En 1972, Archie Cochrane (1909-1988), famoso epidemiólogo inglés publica “Effectiveness and eficiency; random reflections on the health services”, libro bastante influyente en el que argumentaba que los escasos recursos existentes en e cuidado de la salud podían ser eficientemente manejados, solo si conocíamos cuales tratamientos eran efectivos y cuales no lo eran.
A partir de 1980, en la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de McMaster (Ontario, Canada) se publicaron un conjunto de trabajos acerca de cómo analizar correctamente la bibliografía médica cuando se está al cuidado de pacienti o se es responsable del mismo. En el fondo, se trata de una estrategia de análisis crítico de la literatura médica que implica el aprendizaje de los distintos diseños de investigación clínica, su pertinencia, validez y utilidad en cada caso o circunstancia, y la interpretación cabal de sus datos y resultados. David Sackett, uno de los más prestigiosos investigadores de este grupo, definía así a la MBE: “…el uso juicioso, consciente y explicito de la mejor evidencia científica en la toma de decisiones médicas para el cuidado de pacientes individuales”.
En general, afirma Sackett, “el conocimiento de los médicos comienza a deteriorarse en cuanto acaba su aprendizaje”. Los libros de texto, los artículos de revistas y los colegas
-principales fuentes de información para los médicos-, se quedan anticuados enseguida. “Yo creo que todos los médicos son conscientes de que no están al dia dice Sackett- y quiénes no piensen así, en realidad se engañan a sí mismos”.
El acceso actual a la actualización del conocimiento científico es bastante complejo, dado el elevadísimo número de revistas médicas especializadas, de libros, y de otros medios de información existentes. Anualmente se publican unas 25000 revistas biomédicas en el mundo, con unos 2-4 millones de artículos.
Aproximadamente se habrían de leer unos 17 artículos cada uno de los 365 días del año, para llegar a la conclusión de que el 95% de ellos no pueden ser considerados información científica relevante. Muchos médicos, pues, no sabemos reconocer qué publicaciones proporcionan resultados fiables y cuáles se pueden ignorar. El acceso a todas ellas es imposible para el médico como individuo. Un ejemplo, la Medicina General; el equipo de Sackett llegó a la conclusión de que “tan solo valía la pena leer 10 artículos al mes, de un fondo de entre 250 y 300 artículos”.
En 1995, se inaugura en Oxford el Centro de Medicina Basada en la Evidencia dirigido por este investigador, así como la Cochrane Database of Systematic Reviews, en la que se extraen las conclusiones sobre los tratamientos que son eficaces y los que no, conforme a las pruebas aleatorias de que se disponga. Las reseñas al respecto las elabora la Cochrane Collaboration, red formada por miles de científicos, médicos, epidemiólogos, etc a nivel mundial.
En el día a día con el paciente, los médicos nos enfrentamos a multitud de interrogantes a los que dar cumplida respuesta. Antes del auge de la MBE, generalmente se seguían medidas introducidas de forma empírica, y aceptadas sin crítica aparente. La MBE defiende que la práctica médica se adecue a la investigación médica disponible de modo que, una vez localizada y evaluada por el médico, sea aplicada para mejorar su práctica y, con ello, también mejore el cuidado de sus pacientes.

Como hacerlo:


En la práctica, el ejercicio de la MBE consiste en cuatro pasos:
1.- Formular de manera precisa una pregunta a partir del problema clínico del paciente (¿Cuál es el mejor analgésico para un dolor concreto en un paciente determinado?).
2.- Localizar de forma exhaustiva las evidencias o pruebas disponibles en la literatura (bases de datos como Medline, revista Bandolier, ACP Journal Club, Evidence-Based Practice, Cochrane Collaboration, etc).
3.- Evaluación crítica de las evidencias o pruebas disponibles, para establecer su validez (proximidad a la realidad) y utilidad (aplicabilidad clínica). En general, suelen ser pocos los artículos relevantes o que presenten una metodología rigurosa.
Son especialmente útiles las revisiones sistemáticas, los meta-análisis y los ensayos clínicos controlados y aleatorizados (ECCA) y con doble ciego que han seguido un proceso correcto desde el punto de vista metodológico.
Las revisiones sistemáticas de la literatura con: a/ búsquedas exhaustivas, b/ criterios específicos de inclusión (y de exclusión) de estudios a revisar, c/ criterios estandarizados de extracción y síntesis de los datos obtenidos de los estudios incluidos, con o sin el uso de meta-análisis, se han convertidos en el estándar de oro de estos procedimientos.
Los ECCA son en la actualidad los máximos niveles de evidencia para juzgar la efectividad de un tratamiento debido a que su diseño es el más confiable y sólido en el área de la investigación clínica. Su principal problema es que no siempre es fácil y/o factible hacerlos de manera rigurosa. En ellos, la aleatorización minimiza los sesgos de selección (este sesgo “per se” es tan importante, que los estudios no aleatorizados pueden infra o supravalorar los beneficios de un tratamiento hasta en un 30%). Sin embargo, la existencia de aleatorización en un estudio no debe verse como un sinónimo de calidad, ya que estudios no aleatorizados pero bien realizados pueden ser mucho más útiles que ECCA mal llevados a cabo -Harting 2005-. Además, la aleatorización conlleva otro importante aspecto negativo: impide registrar las variantes genéticas en los estudios, cuestión fundamental al investigar la acción de los fármacos en humanos.
Por cuestiones de seguridad de los nuevos tratamientos, los estudios observacionales pueden ser incluso mejores fuentes de evidencia que los ECCA, ya que estos últimos no suelen tener poder estadístico para detectar efectos adversos raros, dados la escasez del tamaño muestral o del periodo de seguimiento.
Un problema añadido es la existencia de diversos sistemas para evaluar el grado de evidencia de los estudios. En un intento de armonizar los múltiples existentes, en 2001, Harbour y Millar establecieron uno nuevo que ha sido ampliamente aceptado desde el 2003. Asimismo, la homogeneización de las posibles recomendaciones emanadas del análisis de la evaluación es fundamental. En la actualidad, la consecución de un marco de referencia al respecto ha de incorporar no solo la efectividad de los tratamientos, sino también la seguridad y los posibles perjuicios derivados de los mismos. El GRADE (Grading of Recommendations Assessment, Development and Evaluation) es una colaboración internacional que intenta unificar los distintos sistemas existentes al respecto (Atkins 2005).
No obstante lo anterior, hay que reseñar que la MBE no se restringe a los procedimientos anteriores, sino a la búsqueda de la mejor evidencia disponible al respecto -si no se ha realizado ningún ensayo clínico aleatorizado en relación con nuestra pregunta inicial, seguiremos el camino de búsqueda de la mejor evidencia posible, sean ensayos sin aleatorizar o sin doble ciego-.
Por otra parte, para establecer la exactitud de una prueba diagnóstica, más útiles que los ensayos clínicos aleatorizados, son los estudios transversales apropiados de pacientes con sospecha clínica de padecer el proceso en cuestión. Y, si el problema es de pronóstico, los adecuados son los estudios de seguimiento de pacientes agrupados en un punto precoz y uniforme del curso clínico de la enfermedad (estudios de cohortes, por ejemplo).
4.- Aplicación de las conclusiones de la evaluación a la práctica clínica. Este último paso debe ir acompañado de la experiencia clínica necesaria para poder contraponer los riesgos y beneficios, así como contemplar las expectativas y preferencias del paciente. Es importante reseñar lo anterior, ya que la idea de MBE no solo se basa en el concepto de evidencia “externa” (las mejores pruebas científicas), sino también en lo que se podría denominar como “interna” (experiencia práctica individual o experiencia de cada médico). De lo contrario, la práctica médica diaria estaría tiranizada por la evidencia científica y esta, en un caso concreto, podría no ser aplicable a un paciente individual.
“Globalise the evidence, localise the decisión” en palabras de John Eisemberg (1999), el último director de la AHCPR (Agency for Health Care Policy and Research) norteamericana. Y, como decía McQuay -2006- (ver adelante) en el recientemente iniciado Master en Fisiopatología y Tratamiento del Dolor en nuestro país: “es un peligro hacer una religión o un dogma de la MBE. Es una filosofia que trata de ayudar a los profesionales sanitarios a pensar de forma crítica sobre aquello que hacen, a través de herramientas, no de reglas”.
Sucesos importantes:

- 1980 Se funda la Corporación
- 1986 Primera oferta pública - NASDAQ
- 1988 Apertura del primer Centro MBE® en Canadá
-1991 Plan de Desarrollo Internacional
- 1993 Se otorga la Licencia Maestra para la Región Andina a Kenneth Landau
- 1994 Publicidad Nacional Televisada
- 1994 Abre el Centro Piloto de MBE® Región Andina en Caracas, Venezuela
- 1997 Adquisición de USOP (United State Offices Products)
- 1997 Abre el Centro Piloto de MBE® Región Andina en Bogota, Colombia
- 1999 Alianzas estratégicas con e-bay, iship.com y con el USPS
- 2001 Se convierte en subsidiaria de UPS
- 2003 MBE® México es adquirida por MBE® Región Andina
- 2004 Abre el Centro Piloto de MBE® Región Andina en México, Ciudad de México
-2005 MBE® Región Andina se transforma en MBE® Latinoamérica esta última adquiriendo los derechos de Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay
- 2006 Abre el Centro Piloto de MBE® Latinoamérica en Brasil, Sao Paulo.
Status en el Mundo:

- Más de 5.900 Franquicias a Nivel Mundial
- Operativas en más de 30 países
- Licencias maestras vendidas en más de 55 países
- Es dos veces más grande que la suma de todos sus competidores en todo el mundo
- Cada día hábil se venden dos nuevas franquicias MBE® en el mundo
- Categorizada como la franquicia # 11 en el mundo en el año 2008. Es la Franquicia # 1 del mundo en el giro de servicios postales

Status Región Latinoamericana
- 93 operativos en toda la región:
*41 en México
*37 en Venezuela
*12 en Colombia
*3 en Brasil

Ejemplo de MBE

Caso clínico:

En un centro de salud se realiza una auditoria de las historias clínicas de los diabéticos atendidos en el centro. Los resultados se exponen en una sesión informativa y enseguida se abre un debate sobre la baja tasa de detección de nefropatía diabética mediante la determinación de microalbuminuria en los pacientes diabéticos tipo II. En una “tormenta de ideas” sobre las posibles causas surgen varias, como el incumplimiento en la recogida de la orina de 24 horas, las dificultades que pone el laboratorio de referencia, la necesidad de repetir la determinación, etc. Se concluye que la causa más importante son las restricciones impuestas por el laboratorio de referencia y se propone la realización de determinaciones previa de microalbuminuria con una tiras reactivas que recientemente se nos han ofertado.

Pregunta

El rendimiento diagnostico de la detección de microalbuminuria mediante tiras reactivas es suficiente, como para incluirlo en el seguimiento habitual e nuestros pacientes diabéticos

Elementos de la Pregunta

Paciente o problema de interés
En pacientes diabéticos tipo II atendidos en un centro de atención primaria
Intervención a considerar
La determinación previa de microalbuminuria con tiras reactivas
Intervención con la que comparar
Frente a la determinación estándar de microalbuminuria a todos los pacientes
Resultado clínico que se valora
Es suficientemente positiva para la detección de nefropatía diabética


Esquema de ayuda



Modificado de SacketDL et al .Medicina basada en la evidencia: Como ejercer y enseñar la MBE. Churchill-Livingtone, Madrid; 1997.